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Arquitectos: Daniela Laham, Juan Agustín Gielis, Tatiana Rubin; Daniela Laham, Tatiana Rubin, Juan Agustín Gielis
- Año: 2016
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Fotografías:Gonzalo Viramonte
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Proveedores: Anet, Artesanales, Hugo Paez, Procor, Qualita, Scheimberg, Tangente Grupo
Descripción enviada por el equipo del proyecto. CRUDO, un mercado no tradicional, se inició como una propuesta fuera de lo habitual para la ciudad de córdoba en la cual un espacio logra vincular gastronomía, educación y placer a través de un recorrido vivencial.
Desde el momento en que las personas ingresan a este lugar se sumergen en una experiencia que agudiza sus sentidos, a través de la sorpresa, la búsqueda, el aprendizaje y la experimentación en una tienda de diversos productos (importados, locales, orgánicos, veganos, sin tacc, kosher, fiambres, quesos, bebidas, granos, cereales, verduras y elaboraciones de la cocina) , un novedoso restorán y una cocina donde poder aprender, degustar y practicar.
El proyecto se desarrolla en un local de disposición longitudinal en dos niveles.
Se combinan materiales industrializados, como cerámicos y metal, que reflejan la calidad y frescura de los productos, junto con materiales nobles y artesanales, como cerámicos calcáreos, cerámicos artesanales de vidrio de color, y madera, los cuales simbolizan el trabajo y la producción del lugar. Los COLORES utilizados fueron BLANCO y NEGRO con algunos toques de AMARILLO, los dos primeros denotan pureza y transparencia, mientras que el amarillo simboliza sorpresa, innovación , y naturalidad. Un juego de luces focales acompaña el ritmo y la repetición que caracterizan el interior, permitiendo descubrir distintos espacios y sensaciones a medida que avanza el recorrido.
En planta baja encontramos el mercado en una sucesión de escenas dispuestas mediante una cuadrícula que toma la forma de exhibidores de madera y estanterías metálicas, respondiendo a los distintos usos de cada sector y cada artículo.
En planta alta el restorán está dispuesto también de manera longitudinal a través de mesas que adoptan la misma materialidad, estanterías metálicas y una gran barra que balconea hacia la doble altura del ingreso. En éste se pueden apreciar un salto de escala y nuevamente el juego de ritmos, materiales, luces y vegetación, que se perciben también desde la calle.
La cocina no es sólo un espacio de elaboración ,sino también de convocatoria, participación y aprendizaje. Su dinamismo se puede percibir desde las mesas e incluso desde la calle, constituyendo un espacio de producción para el restorán y el mercado, así también como un lugar de educación para aquellos que toman cursos y talleres que ofrece CRUDO.